El negocio de la muerte

Según los últimos datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2016, se produjeron en España un total de 410.611 defunciones.

Una cifra que va en aumento desde el año 2002 y que supone un verdadero negocio para las funerarias y entidades aseguradoras.

Pulsa el siguiente link para ver el mapa completo y el detalle por comunidades autónomas.

El 96,2% de las defunciones en 2016 fueron por causas naturales, un 3,1% menos que en el año anterior.

Las enfermedades del sistema circulatorio representan el 29,2% de las defunciones y los tumores el 27,5%.

Vea el informe completo aquí

Según publicaba hace poco elindependiente.com la primera mitad de 2017, registró el menor número de nacimientos de todo el siglo en España.

El negocio de la muerte

En el primer semestre de 2017 murieron 32.132 personas más de las que nacieron, lo que hace un total de  219.835 defunciones, un 4,5% más que en el mismo periodo de 2016.

El país se envejece y la tendencia sugiera que se producen más defunciones que nacimientos por circunstancias muy diversas.

La incorporación de la mujer a los puestos de trabajo, el pago de hipotecas, los gastos de la casa, o la emancipación tardía por mor de las circunstancias económicas, retrasan la edad para ser madre.

El Grupo Aseguranza revela un estudio publicado por AXA, en donde se desglosa el coste de los sepelios por municipios, situándose Madrid por encima del resto de capitales españolas, con un importe de 4750 € por los servicios funerarios del entierro.

Le siguen Palma de Mallorca, Santander, Gerona, Huesca, Lugo o Segovia para no bajar de los 4.000 € que debe soportar la familia en caso de no tener seguro de decesos contratado.

Una cantidad económica más que importante para aquellas familias de clase media – baja, cuyos ingresos no suelen ser elevados.

Esto obliga a echar mano de los ahorros, o peor aún, endeudarse para poder pagar un funeral lo más digno posible.

De ellos se aprovechan las funerarias que hacen su agosto en cada fallecimiento. Y todo cuenta, el ataúd puede costar entre los 600 y los 2.600 €, aunque según la OCU, el precio medio ronda los 1.200.

El precio del nicho varía mucho dependiendo del lugar, entre 100 y 1.500 € por cinco años. Tanatorio y lápida se facturan aparte como otros conceptos.

En muchos casos, puede haber tasas municipales que habrá que pagar, sin olvidarse de las flores, pues, el precio medio de una corona suele estar en 100 €.

Luego, en esos momentos siempre difíciles, nos toca lidiar con el papeleo; obtención del certificado de defunción, certificado de actos de última voluntad, testamento, etc.

Por todo ello, las aseguradoras también entran en juego. Actualmente OCASO y SANTALUCÍA copan el mayor número de suscripciones de seguros de decesos en España.

Hay que contar que, por lo general, el asegurado suele ser fiel a la compañía cuando hablamos de este tipo de seguros.

En volumen total de primas de SANTALUCÍA en 2017 ascendió a 63.410 millones de euros en todos sus ramos, creciendo en decesos un 4,9% con respecto al año anterior.

Se mantiene así en una posición de liderazgo en dicho ramo colocándose entre las 10 aseguradoras más importantes de nuestro país.

Según el ranking ICEA (un organismo ligado a la patronal del sector), SANTALUCÍA se encuentra en la primera posición en cuanto al ramo de DECESOS, seguida muy de cerca por OCASO.

Aunque otras entidades como MAPFRE, han reaccionado para intentar ganar posiciones en el sector, y en estos momentos, cuanta con el 13% del volumen de primas de decesos.

Y es que, hoy día, la mejor manera de cubrir el fallecimiento es a través de una póliza de decesos. ¿Por qué?

Pues las razones son muchas:

– Pagamos una prima anual, que incluso podemos fraccionar, y como contraprestación; la entidad aseguradora, se encarga de todo lo relacionado con las gestiones del funeral.

Traslados, proveedores funerarios, arca, coche fúnebre, tanatorio, inhumación o incineración…

– Además cuentan con servicio de gestoría para solucionar todos los trámites y obtener la documentación necesaria.

– Se debe incluir traslados nacionales e internacionales. Esto es importante, algunos productos sólo cubren el traslado nacional.

– Muchas de estas pólizas cuentan con un servicio de apoyo psicológico porque, cuando llega la muerte, no obedece a edad, ni a circunstancias, ni a momento alguno.

Como recomendación, sugerimos que cuando contratemos nuestro seguro de decesos, la póliza sea un seguro de decesos puro.

Existen productos donde se incluyen otras prestaciones como atención o indemnización hospitalaria, servicios dentales, etc.

Prestaciones estas últimas que, probablemente, no usaremos, pero sí inflará en algo o en mucho la prima que nos toque pagar.

Importante saber qué suma asegurada tenemos por el servicio. Normalmente, las compañías suelen poner las sumas aseguradas adecuadas para el código postal en el que vivimos, pero existen compañías que permiten modificar esa cantidad.

El desconocimiento o la astucia del vendedor por hacerse con la póliza, puede causar problemas futuros.

Existe otro método, otra alternativa para no pagar toda la vida una póliza de decesos.

Y, es que la póliza de decesos, se convierte en una garantía desde el minuto uno, pero también podemos llevarnos toda la vida pagando y no darse el fallecimiento de manera temprana.

Muchas funerarias permiten pagar el entierro íntegro de manera fraccionada. Suele recurrir a este método, sobre todo, personas ancianas que no tienen una póliza de decesos y que ya, con esa edad avanzada, ninguna compañía les asegura.

Para los mayores, la llamada “Prima de Oro”, también se puede contratar. Lo que viene a referir es que la compañía cobra de una sola vez la prima que le corresponde pagar, por lo general, lo que vale el entierro.

Eso sí, las gestiones las asume la compañía aseguradora.

Bueno, hablemos de esa otra alternativa que tienen las personas mayores, aunque también los particulares de cualquier edad.

Como decíamos anteriormente, hay funerarias que permiten pagar el importe íntegro del entierro de manera fraccionada.

De esta forma, pagamos el importe correspondiente al funeral más los servicios que contratemos (por ejemplo traslado nacional o internacional que es una de las cuestiones que más nos preocupa cuando salimos fuera).

Hay que tener en cuenta que si la persona que va pagando cantidades fallece antes de pagar el importe íntegro establecido por contrato con la funeraria, la diferencia entre lo abonado y el coste del funeral, deberá ser asumido por los herederos legales del fallecido.

Ésta última opción es una práctica generalizada en pequeños municipios o zonas rurales. De esta forma pagas tu entierro sin tener que pagar una prima anual durante muchos años.

Lo más razonable es trasladar la responsabilidad patrimonial de los nuestros, a la compañía de seguros porque nunca se sabe dónde estará nuestro destino, ni las circunstancias buenas o malas en que quedará nuestra familia si morimos.

LaGuiadelSeguro

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